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Mostrando entradas de abril, 2024

10 clásicos para aprender sobre cine (y dónde pueden verse).

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26 MARZO, 2024 Amanecer (Sunrise, 1927) El primer triángulo amoroso de la Historia del cine. Y sin pronunciar una palabra. Es la primera película norteamericana del director alemán F.W. Murnau y nadie duda en incluirla entre los clásicos. Es la más ardua de la lista (por eso, y por fecha, la pongo la primera).  —Filmin . La diligencia (Stagecoach, 1931) Si sólo puedes ver un  western  en tu vida, probablemente deberías ver este. Dirigido por John Ford y protagonizado por John Wayne. — Amazon Prime Video, Acontraplus . Sucedió una noche (It Happened One Night, 1934) Dirigidos por Frank Capra, Clark Gable y Claudette Colbert protagonizan una de las grandes comedias románticas clásicas. Ha pasado a la Historia no solo la película, sino la famosa anécdota de la quiebra en las ventas de camisetas interiores masculinas.  —Filmin . La fiera de mi niña (Bringing Up Baby, 1938) Otra comedia romántica mítica, esta vez protagonizada por Katharine Hepburn y Cary Grant y dirigida por Howard Hawks. 

Canciones originales.

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    Después de escuchar a una niñita de no más de 4 años cantar una canción infantil mientras que hacía palmadas con otra niña, me vino a la cabeza la cantidad de cuentos infantiles que han tenido que pasar por la censura para poder contarse a los niños. Esta canción que escuchaba parece que se escapó de ser blanqueada. Cantaba la niña: “Don Federico mató a su mujer. La hizo picadillo, la puso en la sartén. La gente que pasaba olía a carne asada”      Claro, yo conocía la canción desde  “Don Federico perdió su cartera, para casarse con una costurera”, pero el comienzo de la canción había sido suprimido. Las niñas me enseñaron la fuente primaria. Es posible que estas niñas, acostumbradas a este sadismo, conozcan los cuentos en versión original, aquellos cuentos que en principio estaban destinados para los adultos: como en Hansel y Gretel, cuya madre obliga a sus hijos a buscar ellos solos comida en el bosque, o la versión de Blancanieves, que no es la madrastra, sino la madre, la que se

Mi yo masculino.

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          "Aféitate ya la barba" me pide mi madre cuando le doy un beso. Dejarme la barba puede ser una forma de reivindicar mi yo masculino. Estos días me la estoy dejando crecer porque ahora mismo siento que quiero reafirmar mi identidad de género y es una forma como yo puedo expresar mi masculinidad. La barba ha sido históricamente asociada con la virilidad y la masculinidad en muchas culturas, y su presencia o ausencia puede influir en la percepción de uno mismo y de los demás.      El acto de dejar crecer mi barba puede ser visto como un acto de afirmación de mi masculinidad, una expresión personal de mi identidad de género. Además, invito a cuestionar las construcciones sociales y culturales de la masculinidad, así como la libertad de cada persona para definir y expresar su género de manera auténtica y sin prejuicios. Es algo complejo, pero creo que a través de este gesto expreso mi identidad, además de lanzar un mensaje a los demás de libertad y de sana masculinidad.