Queen


La primera vez que supe que existía un grupo llamado Queen fue cuando fui a casa de mi amigo de la adolescencia Paco. Sería el año 82, cuando en una ocasión que estuvimos en su casa vi en la habitación de su pared el póster de Queen de los cuatro rostros en luz cenital que son portada del disco "Bohemian Rhapsody". Me llamó la atención la polifonía que usaba al escuchar el disco, nunca había oído algo así, en un disco de rock.

Otro momento de "encuentro" con Queen fue en el 86, cuando organizamos otro año más el Festival del Disco en el club Almenara. Grupos de chicos actuábamos en el escenario del salón de actos haciendo play-back. No recuerdo qué presenté yo, ¿fue “La mujer de rojo” de Stevie Wonder?, pero sí recuerdo la recién estrenada “The Kind of Magic”, que llevó mi amigo Pedro, y bailó con sus compañeros. ¡Qué recuerdos!

Y luego, siempre en el coche, Queen, a todo volumen.

Ayer fuimos 6 profesores con 136 alumnos al cine para ver “Bohemian Rhapsody”. Puede que se edulcorara la cinta para que se pudiera ver en familia, y evitar asuntos escabrosos de la vida de Freddy Mercury, pero no se falseó la esencia de Queen: su música.

Es difícil encontrar música en directo de calidad fuera del aula. En el Sierra Almenara Siempre buscamos el concierto, el contacto con el intérprete, el directo. Hacer música comporta tanta satisfacción para el espíritu, que no podemos desaprovechar la oportunidad. Este arte fugaz  de hacer música, que se pierde con el silencio y que vuelve a brotar al tañer un instrumento, (del pasado -una viola de gamba- o del presente -una guitarra eléctrica- o de otra cultura -un gamelán), una voz afinada, un coro de música renacentista o un canto difónico mongol, o incluso el digerido australiano, hace que “toquemos" la felicidad. De esta manera queremos enseñar a nuestros alumnos a mejorar afectivamente y socialmente.

Esta película te mete dentro de un concierto de rock, y te remueve las entrañas. Ves a la banda componiendo y te emociona. La música de Queen, que maneja todos los registros -a veces atronadora, otras sensible y otras rebelde- responde a una época, pero quizás por la grandísima fuerza comunicativa de su música, es actual y sigue haciendo vibrar a quien la escucha. 


La película ofrece un boceto a vuelapluma de la historia de la banda y ofrece sobre todo música, mucha música. Un infinito amor a la música. En ese sentido, aunque no estemos ante una película redonda, solo por el disfrute de poder escuchar a Queen en pantalla grande merece la pena. La película en muchos momentos más que cine es un concierto, y ¡qué concierto!

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