Sin trama y sin final.

Libro Sin trama y sin final. 99 consejos para escritores, de Antón P. Chéjov. Alba Editorial.




Consejos de escritura de Antón Chéjov (Taganrog – Rusia, 1890-1904) a propósito de su epistolario a amigos y familiares. La edición de Piero Brunello se ordena en dos partes: cuestiones generales y cuestiones particulares. Cada una de estas partes se dividen en temas relacionados con la escritura y aspectos que el escritor debe tener en cuenta a la hora de abordar un escrito. A continuación, elaboro el resumen del libro.



1ª parte: Cuestiones generales

A. Por qué escribir.

1. Por qué escribo. Escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.

2. Ni por fama ni por dinero.

3. Alegría y relatos sombríos. Mis personajes son tristes, pero me salen así sin querer.

4. Leyes de la naturaleza. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo. 

5. Ganas de escribir, ganas de vivir. No tengo ganas de escribir. Es difícil unir las ganas de vivir con las ganas de escribir. 


B. Para quién escribir.

6. No escribir para uno mismo sino para el lector.

7. El público de un escritor. No logro comprender si le soy necesario o no. 

8. Para los contemporáneos. Quizá abra los ojos a mis contemporáneos. 

9. Conocer a los propios lectores. Debo observar de cerca al público que me lee. 

10. Escribir para los entendidos. Con eso me basta. 


C. Qué escribir y cómo.

11. Qué no escribir. No escribir de lo que no conozco y no comprendo. 

12. Sin trama y sin final. Hay que elegir un tema de la vida real y cotidiana, sin trama y sin final. 

13. La pequeña vida de cada día consigue abrirse paso a través de las máximas y las verdades sublimes. 

14. Leer, mirar alrededor y escuchar, y después escribir. 

15. Probar todos los temas. Cualquier tema, alegre o triste, bien o mal. 

16. Limar, pero no demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento. 

17. No lo que he visto sino cómo lo he visto.

18. Tachar sin piedad. Tengo la manía de la brevedad. 

19. Policía literaria. La mejor es la crítica y la conciencia personal del autor. 

20. Brevedad. Acotar y reelaborar. Reescribe 5 veces el mismo relato. 

21. Testigo, no juez. No ser el juez de los personajes, ni de sus palabras, sino un testigo desapasionado. 

22. Del sueño al relato. Un sueño se puede escribir y convertirse en un buen relato. 

23. El arte no debe resolver los problemas. El artista solo debe juzgar lo que comprende. 

24. Retratar fielmente la vida. Y la libertad absoluta del individuo, la libertad de la violencia, de los prejuicios, de la ignorancia, del diablo, la libertad de las pasiones. 

25. Sócrates y la cocinera. Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera. 


D. Cuándo y cuánto escribir.

26. Esperar un año. Guarda el relato un año entero y después vuelve a leerlo. Entonces lo verás todo más claro. 

27. El almacén de un escritor. Los temas que guardo en mi cabeza tienen celos de lo que ya he escrito. 

28. Cinco o seis días para escribir un relato. Dos días para escribir una frase. 

29. Un año y medio para escribir una novela. Un año para escribirla, y medio más para acortarla. 

30. Plazos. Me impiden escribir las fechas fijas. Es un sentimiento de opresión. 

31. No apresurarse nunca. Me dan miedo las prisas, y en general, publicar. Hace mucho tiempo que publico y aún no sé dónde está mi punto fuerte y dónde mi punto débil. 


2ª parte: Cuestiones particulares

A. Veracidad.

32. Seis condiciones. 

Ninguna monserga de carácter político, social, económico.

Objetividad absoluta.

Veracidad al pintar los personajes y los objetos.

Máxima concisión.

Audacia y originalidad.

Espontaneidad.

33. Ni perfumero ni juglar. El escritor es un simple cronista, debe ser objetivo, y pintar la vida como es en realidad.

34. Nada sucede por casualidad. En este arte, como en la vida, nada sucede por casualidad. 

35. Datos reales y convenciones literarias. El lector debe comprender que existen datos reales y convenciones literarias en un relato. 

36. Un ejemplo. Si hubiese estado junto al príncipe Andrei (en Guerra y Paz), lo habría curado. 

37. No inventarse sufrimientos que no se han experimentado, ni describas paisajes que no has visto. En un cuento, la mentira resulta más molesta que en una conversación. 

38. En el arte no se puede mentir. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, pero en el arte no se puede mentir. 

39. No mentirse a sí mismo. Los escritores representamos la vida como es. 

40. Liberarse de la violencia y de la mentira. Odio la mentira y la violencia en todas sus formas. Mi “sancta sanctorum” es el cuerpo humano, la salud, el intelecto, en ingenio, la inspiración, el amor y la libertad absoluta. 


B. Descripciones.

41. Me limito a escribir cómo hablan, aman, se casan, se reproducen y mueren mis protagonistas. 

42. No cansar al lector con descripciones de objetos rutinarias. 

43. Sentir el olor. En ese relato se siente con fuerza el ambiente, huele a rosquillas. 

44. Olor a verano. Mientras escribía, sentía a mi alrededor el olor del verano y de la estepa. ¡Cómo me gustaría volver allá! 

45. Olor a heno. Pinto la llanura, la lejanía violácea, los pastores, las tormentas nocturnas, las posadas, los convoyes de carros, las aves de la estepa. Siento que en ciertos pasajes hay un olor a heno. 

46. Palpar con las manos. Al representar una cosa la ve, la palpa con las manos. Eso es arte de verdad. 

47. Descripciones de la naturaleza: detalles. En las descripciones de la naturaleza hay que fijarse en los pequeños detalles y reagruparlos de tal manera que el lector, cerrando los ojos, vea el cuadro delante de él. 

48. Descripciones de la naturaleza: sencillez. Frases sencillas como “el sol se puso”, “empezaba a oscurecer”, “llovía”. 

49. Descripciones de la naturaleza: no excederse. Una acumulación de imágenes no constituye un cuadro armónico. 

50. Descripciones de estados de ánimo. No describir los estados de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. 

51. Detalles. Los detalles hay que sacrificarlos al conjunto, ya que, por muy interesante que sean, fatigan la atención. 

52. Sin corbata y con el chaleco desabotonado. Que el lector sienta que da rienda suelta a su libertad. 


C. Personajes.

53. Número de personajes. El centro de gravedad deben ser solo dos: él y ella. 

54. En el centro, dos figuras principales, una masculina y otra femenina. 

55. Figuras superfluas. Los detalles se dispersan como aceite derramado y los personajes apenas destacan. 

56. Personajes vivos. No puede uno pasarse toda la vida dando vueltas en sus escritos alrededor de un solo tipo de mujer. 

57. Figuras y fondo. Al protagonista se le sitúa en el fondo y se resalta solo a ese. 

58. Personajes y masa. Además de los personajes, se debe sentir la masa humana de la que han surgido, así como la atmósfera y el fondo. 

59. Burlarse de los personajes. Aparecen a veces de manera artificiosa y falsa. 

60. Autoridades locales. Es fácil describir a las autoridades antipáticas, pero no es aconsejable. 

61. Personajes femeninos. En su obra falta un personaje femenino. 

62. Médicos y enfermos. De los enfermos solo represento lo que tiene de pintoresco. Con las enfermedades tengo miedo a asustar. 

63. Afortunados y fracasados. No se puede juzgar a la naturaleza humana. 

64. Borrachos. No hay nada más fácil que maltratar a la gente ebria. 

65. Napoleón. En “Guerra y Paz” se presenta más estúpido de lo que era en realidad. 


D. Sentimientos.

66. Llorar sin que el lector se de cuenta. Sufrir con los personajes, pero que el lector no se de cuenta. 

67. Saber sufrir a la hora de describir un personaje. 

68. Escribir con frialdad. Cuanto más sentimental es la situación, mayor frialdad se necesita a la hora de escribir. No conviene azucarar. 

69. Como un filtro. La memoria encuentra un motivo y como un filtro elige lo que es importante. 

70. Lágrimas. Las lágrimas han sido descritas hace mucho tiempo. El tema debe ser nuevo, puede incluso no haber trama. 


E. Cosas que deben evitarse.

71. No seamos granujas. No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Solo los imbéciles y los charlatanes creen comprenderlo todo. 

72. Escribir, no predicar. A los ladrones de caballos deben juzgarlos los jueces, a mi solo me compete mostrarlos como son. 

73. No dar lecciones a la hora de escribir. 

74. Omitir lo que es transitorio, lo que tiene un carácter temporal. 

75. Ornamentos. El principal atractivo de un cuento es la sencillez y la sinceridad. 

76. Lenguaje de funcionarios, lenguaje oscuro, gélido y sin elegancia. 

77. No tener miedo de parecer tonto, se requiere despreocupación al escribir. 

78. Dejarse de acusaciones, no vale la pena. Perdona a todos los que te han ofendido, no les prestes atención y ponte a escribir. 


F. La sociedad literaria. 

79. Vida retirada. He sido un escritor modesto, he vivido entre cuatro paredes. 

80. Entorno literario. Me da náuseas, y no puedo escapar, como a la tierra su atmósfera.

81. La Academia de Ciencias. Renuncio a mi cargo de académico honorario. 

82. “Intelligentsia”. Creo en los individuos, pero no creo en la “Intelligentsia”. 

83. Gorriones sobre un montón de estiércol. El hombre se volverá mejor cuando le hayamos mostrado cómo es. 

84. Hay que protegerse de la política y defender incluso al culpable, una vez que ha sido juzgado y condenado. 

85. Jóvenes y viejos en la redacción. El público ganaría poco con la afluencia de los jóvenes, pero los viejos ganarían mucho. 

86. Hay que rechazar la censura.

87. Las revistas rusas son mediocres y no aman la libertad. 

88. Dónde publicar. Publicaré en grandes revistas para escritos largos, y los escritos pequeños los publicaré donde me dicte mi deseo y mi libertad. 

89. Celos. Los editores son tan celosos como las palomas. 

90. El escritor es un simple mortal.

91. ¿Solidaridad entre escritores? Entre jóvenes literatos, la solidaridad es imposible e inútil. 


G. Últimas cosas.

92. Dedicatorias. Soy contrario a cualquier tipo de dedicatoria a personas vivas. 

93. Títulos. Un título de un libro puede ser fuente de confusiones. 

94. Atributos y adverbios. “Suprima, cuando sea posible, los atributos y los adverbios. Pone usted tantos atributos que al lector le cuesta asimilarlos y se cansa. Un pasaje lleno de atributos y adverbios tarda en entrar en la cabeza y la literatura debe entrar de golpe, en un instante”. 

95. Fechas. El público no suele retener las fechas y se convierten en letra muerta. 

96. Las palabras raras y extrañas puede que sean inoportunas. 

97. Paréntesis, guiones, comillas. Mejor usar el doble guión a los paréntesis y las comillas. 

98. Nombres. Cambiar el nombre del protagonista para que adquiera mayor realce. 

99. Apellidos. Los apellidos superfluos no son más que un estorbo. 



Resumen realizado por

Francisco Amós Tomás Pastor

Jueves, 8 de agosto de 2024


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