¿Puedo tocar la flauta en Ramadán?

Diversidad cultural en el aula de música.

¿Puedo tocar la flauta?



La religión musulmana dice que la música es una de las peores cosas que puede haber. Esto es debido a que la música abre caminos a la libertad de conciencia, despierta la imaginación, hace olvidar las penas y hace feliz a la gente. Por eso, toda música, según la religión musulmana, es la flauta del diablo: trae deseos de libertad, sensualidad, ayuda a abrir la mente y a eliminar prejuicios. La religión musulmana teme a la expresión musical.


Si a los 13 años supone “pecado mortal” oír música o tocarla, va a ser un bloqueo brutal en la mente de estos chicos. ¿Qué les puedo decir yo? Pues que sigan estudiando y que persigan sus sueños. Me parece mezquino que alguien pueda considerar pecaminoso el disfrutar de la música o de cualquier otro arte. El arte es la expresión de la sensibilidad de los seres humanos.


Quien prohíbe la cultura es un fanático. Los fundamentalistas solo quieren que los chicos no estudien ni oigan música. Yo les diría que la música no es mala, que la música no es “haram” (algo que no deben hacer los musulmanes), sino que la música es “halal” (algo sagrado). La música es alimento del alma.


Oigo decir “llevo la hiyab (pañuelo) en ejercicio de mi libertad personal”. Pero tengo que decirle: “¿cómo no te das cuenta? Eres víctima de una sumisión irracional al hombre y a las reglas que han hecho los hombres”.


Pero también he de reconocer que la fiesta del Cordero o del Ramadán tienen más importancia para los musulmanes que para nosotros la Navidad o la Semana Santa. Lo viven más hondamente. Los chicos y las chicas musulmanes son más bromistas, juguetones, charlatanes, tramposillos, divertidos que los chicos cristianos. Las chicas, la mayoría son más románticas, por su recato y delicadeza. Y es evidente que ponen el deseo sexual del chico más lejos al usar el pañuelo. De esta forma, la hiyab sirve para que la mujer tenga el poder mediante el control del deseo del hombre. Al final se descubre que no es sumisión, es poder.


Un musulmán siente lo mismo que yo: en el Islam no se prohíbe nada, solo se te advierte de lo que es bueno y lo que es malo, pero no obliga a nada. El marido debe mimar, cuidar y respetar a su mujer, porque Alá lo ha mandado. La música es mala cuando atenta con las palabras que la acompañan hacia Dios.


Francisco Amós Tomás Pastor

Profesor de música

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