¿Es que nos tienes castigados?
Nada más lejos. Pero creo que hay mejores maneras de acabar el año en el instituto, los últimos días de clase. Llega la Navidad. Cada cual la entiende a su manera. ¿Qué ambiente navideño queremos mostrar? ¿Chocolate, villancicos, caramelos, regalos, paz y amor? Me parece estupendo. La Navidad cada uno la vive en su casa como cree que hay que vivirla. ¿Y en el Instituto?
El peso de las actividades musicales no debe recaer en mayor medida en el profesor de música, por más que tradicionalmente haya sido así. La víspera de Navidad es vivida de manera tradicional por todos, como nos enseñaron nuestros padres, y no queremos que esta tradición se pierda, pero no me parece justo que se busque al profesor de música o al de religión para realizar una actividad que por tradición es religiosa, y se justifiquen argumentos para echar la asignatura de religión de los centros educativos. Además, con la paradoja y el agravante de dar religión católica menos de un 10% del alumnado, teniendo un enorme número de alumnos musulmanes que no comparten esta tradición.
Los alumnos están deseando recibir las notas y marcharse. El último día faltarán muchos alumnos, porque no se pondrá falta, porque no se adelantará materia, porque solo se darán 2 horas. ¿Qué queréis organizar? No se está ofreciendo al alumnado nada que tenga más fuerza que el irse a divertirse con sus amigos al parque, o a su casa a jugar con la play.
Si me pongo a organizar una actuación navideña, me enfrento ante un no rotundo por parte de los alumnos, que se niegan a actuar ante un público de su misma edad, o, por lo menos, si la actuación no es lo suficientemente atrayente, y están convencidos de esto, por el miedo al ridículo. El público es muy importante, y hay que tenerlo en cuenta. Enseguida desconecta si lo que se le ofrece no es de su agrado, sobre todo si es gratis. Y si el público desconecta, los intérpretes se desmotivan, y a eso no quiero llegar.
Lo que el profesor de música puede ofrecer es algo sencillo, que han trabajado poco a poco los alumnos, que no es perfecto, que se hace con temor y nervios. Sin embargo, para provocar risas o pena, sinceramente, no es necesario. No tenemos tiempo, además, para ensayar fuera de clase un programa añadido a los ensayos de la clase. Mejor, contratar un grupo de rock o un disjokey, y hacer saltar y bailar a todos.
Personalmente durante este curso, la función de tutor hace que le dedique mucho más tiempo a los alumnos de la tutoría, como no puede ser de otra manera, en detrimento de los añorados talleres de música del curso pasado o de actividades de repaso y refuerzo musical en los recreos. Esto hace que, en este curso, actividades de fin de trimestre, santa Cecilia, el patrón o final de curso, son imposibles de preparar. Tengo un gran recuerdo el curso pasado de mis compañeros Alejandro, Ángel y Evaristo que tocamos unos temas como banda, pero este año no están con nosotros.
Por otro lado, el aliciente de subir la nota si actuamos y realizamos un concierto se pierde cuando la actividad es posterior a la sesión de evaluación. Es difícil convencer a los intérpretes que les guardo la nota para la evaluación siguiente. Además, el elevado número de grupos que dan música (10 grupos) supone un conflicto a la hora de elegir grupo, seleccionar alumnos para la actuación y decidir quién actúa, con la problemática de decidir a quién subo la nota por actuar y a quién no.
Si además llegamos justos de fuerzas porque con grupos de 30 alumnos, con un horario semanal de 17 horas lectivas o más, además de las horas de guardia que siempre se hacen, mas reuniones de padres, de departamento, de tutores y de atención educativa, mas llamadas a padres de la tutoría y de los demás grupos, y entrevistas con la orientadora, pues cualquier actividad fuera del horario lectivo suena a broma de mal gusto y como mínimo, no se toma con el interés con el que se debería tomar.
Y estamos a vueltas con lo de siempre: ¿es que nos tienes castigados? Ni por asomo. El departamento de Música, los profesores de música colaboran con las actividades extraescolares, no faltaba más. Todos participamos en el mismo fin. Pero habría que repartirse las tareas en estas vísperas de este descanso navideño merecido, y sobre todo cuando todos tenemos ya el cuerpo de vacaciones.
Francisco Amós Tomás Pastor
Tienes más razón que un santo.
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