Mi radio a pilas.

Tengo la costumbre de ponerme la radio con las noticias todas las mañanas mientras que desayuno. Es la primera de las tres o cuatro veces que oigo las noticias repetidas con tildes y comas, hasta que llego al trabajo. Después toca oírlas en mi coche y después en el coche de la rueda que me lleva al trabajo. Esta radio a veces se comporta como mi hijo. Sobre todo al ir acabándosele las pilas. Y es que cuando flojea el volumen, acerco la mano y sube inmediatamente. Mi mano hace de antena, y se ajusta perfectamente. Al separarme un metro ya no se oye. Tendría que estar desayunando con la mano pegada a la radio. Mi hijo tiene momentos que si me separo un momento, se pone nervioso, me llama, me busca... Es la edad de la dependencia. Muy hermosa, aunque a veces cansa. Luego la echaré de menos, cuando ya no quiera saber de su padre, y organice él solo su vida. 

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